PARÍS – La guerra de Irak (que en 2003 produjo la caída del régimen de Saddam Hussein) tuvo un claro ganador: Irán. La intervención militar dirigida por Estados Unidos provocó el debilitamiento de los regímenes sunnitas de Oriente Próximo (aliados tradicionales de Estados Unidos) y el fortalecimiento del principal enemigo de los estadounidenses en la región: la República Islámica.
PARÍS – La guerra de Irak (que en 2003 produjo la caída del régimen de Saddam Hussein) tuvo un claro ganador: Irán. La intervención militar dirigida por Estados Unidos provocó el debilitamiento de los regímenes sunnitas de Oriente Próximo (aliados tradicionales de Estados Unidos) y el fortalecimiento del principal enemigo de los estadounidenses en la región: la República Islámica.