París – "Es razonable creer en milagros", alguna vez dijo David Ben-Gurión, el primer primer ministro de Israel. Los israelíes de hoy no parecen creer en milagros. Más bien, como nunca antes, están obsesionados por las pesadillas, y entre ellas la más importante es la perspectiva de un Irán nuclear.
París – "Es razonable creer en milagros", alguna vez dijo David Ben-Gurión, el primer primer ministro de Israel. Los israelíes de hoy no parecen creer en milagros. Más bien, como nunca antes, están obsesionados por las pesadillas, y entre ellas la más importante es la perspectiva de un Irán nuclear.