JERUSALÉN – La disolución del parlamento israelí, el Knesset, sólo un día después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu echó a dos altos miembros del gabinete, es un giro sorprendente. De hecho, el llamado a los israelíes a votar el próximo marzo (más de dos años antes de la fecha prefijada) puede significar el fin del gobierno de Netanyahu, con importantes consecuencias no solo para Israel, sino también para todo Medio Oriente.
JERUSALÉN – La disolución del parlamento israelí, el Knesset, sólo un día después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu echó a dos altos miembros del gabinete, es un giro sorprendente. De hecho, el llamado a los israelíes a votar el próximo marzo (más de dos años antes de la fecha prefijada) puede significar el fin del gobierno de Netanyahu, con importantes consecuencias no solo para Israel, sino también para todo Medio Oriente.