TEL AVIV – En el inicio del nuevo año judío a fines del mes pasado, Israel sufría su segundo confinamiento a nivel nacional después de que las tasas per cápita de contagio y muertes por la COVID-19 alcanzaran uno de los niveles más altos del mundo. ¿Cómo pudo fracasar de manera tan espectacular a la hora de contener la pandemia un país con fronteras prácticamente cerradas, sofisticadas tecnologías y capacidades institucionales, un sistema de salud eficiente y de alta calidad, y una cultura de solidaridad en épocas de guerra?
TEL AVIV – En el inicio del nuevo año judío a fines del mes pasado, Israel sufría su segundo confinamiento a nivel nacional después de que las tasas per cápita de contagio y muertes por la COVID-19 alcanzaran uno de los niveles más altos del mundo. ¿Cómo pudo fracasar de manera tan espectacular a la hora de contener la pandemia un país con fronteras prácticamente cerradas, sofisticadas tecnologías y capacidades institucionales, un sistema de salud eficiente y de alta calidad, y una cultura de solidaridad en épocas de guerra?