JERUSALÉN – Si hay un país occidental que está sufriendo disfunción democrática, es Israel. Tras un nuevo fracaso de la dirigencia política del país para formar gobierno después de la última elección parlamentaria en septiembre, los votantes volverán a las urnas en marzo de 2020 por tercera vez en menos de un año. Pero con la intensidad y polarización de la política de Israel y la gran proporcionalidad de su sistema electoral, ¿qué puede esperarse de la próxima elección nacional excepto más parálisis?
JERUSALÉN – Si hay un país occidental que está sufriendo disfunción democrática, es Israel. Tras un nuevo fracaso de la dirigencia política del país para formar gobierno después de la última elección parlamentaria en septiembre, los votantes volverán a las urnas en marzo de 2020 por tercera vez en menos de un año. Pero con la intensidad y polarización de la política de Israel y la gran proporcionalidad de su sistema electoral, ¿qué puede esperarse de la próxima elección nacional excepto más parálisis?