NUEVA YORK – Los ataques terroristas contra civiles, ya se trate del derribo sobre el Sinaí de un avión ruso que acabó con la vida de 224 pasajeros civiles, la espantosa matanza de París que se cobró 129 vidas inocentes o el trágico atentado con bomba que mató a 102 activistas por la paz, son crímenes contra la Humanidad. Hay que parar a sus perpetradores, en este caso, el Estado Islámico (ISIS). Para lograrlo, hará falta entender con claridad las raíces de la despiadada red de yijadistas.
NUEVA YORK – Los ataques terroristas contra civiles, ya se trate del derribo sobre el Sinaí de un avión ruso que acabó con la vida de 224 pasajeros civiles, la espantosa matanza de París que se cobró 129 vidas inocentes o el trágico atentado con bomba que mató a 102 activistas por la paz, son crímenes contra la Humanidad. Hay que parar a sus perpetradores, en este caso, el Estado Islámico (ISIS). Para lograrlo, hará falta entender con claridad las raíces de la despiadada red de yijadistas.