NUEVA YORK – Algún día, los historiadores estarán ocupadísimos debatiendo las causas del caos que está apoderándose de gran parte de Oriente Medio. ¿Hasta qué punto –se preguntarán– era la consecuencia inevitable de defectos profundos comunes a muchas de las sociedades y los sistemas políticos de esa región y hasta qué punto se debía a lo que los países exteriores hicieron (o dejaron de hacer)?
NUEVA YORK – Algún día, los historiadores estarán ocupadísimos debatiendo las causas del caos que está apoderándose de gran parte de Oriente Medio. ¿Hasta qué punto –se preguntarán– era la consecuencia inevitable de defectos profundos comunes a muchas de las sociedades y los sistemas políticos de esa región y hasta qué punto se debía a lo que los países exteriores hicieron (o dejaron de hacer)?