MELBOURNE – Poco antes del descanso en el partido de eliminación entre Inglaterra y Alemania de la Copa del Mundo, el 27 de junio, el centrocampista inglés Frank Lampard lanzó un tiro a puerta que chocó con el larguero, rebotó hasta el suelo y cruzó claramente la línea de gol. El portero, Manuel Neuer, agarró el balón y lo devolvió al juego. Ni el árbitro ni el ni el juez de línea, que aún bajaban corriendo por el campo –por lo que estaban mal situados para juzgar–, pitaron gol y el juego continuó.
MELBOURNE – Poco antes del descanso en el partido de eliminación entre Inglaterra y Alemania de la Copa del Mundo, el 27 de junio, el centrocampista inglés Frank Lampard lanzó un tiro a puerta que chocó con el larguero, rebotó hasta el suelo y cruzó claramente la línea de gol. El portero, Manuel Neuer, agarró el balón y lo devolvió al juego. Ni el árbitro ni el ni el juez de línea, que aún bajaban corriendo por el campo –por lo que estaban mal situados para juzgar–, pitaron gol y el juego continuó.