Entre los muchos desastres humanitarios generados por la guerra civil que hoy arrasa a Irak hay uno que es casi invisible. Pocas veces las escenas del desplazamiento masivo de la población civil llegan a las pantallas de nuestros televisores porque, a diferencia de las bombas y los ataques suicidas, el desplazamiento no produce la sangre, el fuego o los gritos que conforman una cobertura apremiante. Sin embargo, las cifras son alarmantes: cada mes, unos 40.000 iraquíes huyen de sus hogares por la guerra. La mitad de ellos van a otras partes de Irak; el resto, al extranjero.
Entre los muchos desastres humanitarios generados por la guerra civil que hoy arrasa a Irak hay uno que es casi invisible. Pocas veces las escenas del desplazamiento masivo de la población civil llegan a las pantallas de nuestros televisores porque, a diferencia de las bombas y los ataques suicidas, el desplazamiento no produce la sangre, el fuego o los gritos que conforman una cobertura apremiante. Sin embargo, las cifras son alarmantes: cada mes, unos 40.000 iraquíes huyen de sus hogares por la guerra. La mitad de ellos van a otras partes de Irak; el resto, al extranjero.