Cuando la guerra de Iraq comenzó en 2003, la administración Bush tenía planes muy ambiciosos: al igual que en la Alemania y el Japón de después de 1945, se preveía una ocupación larga y pacífica, durante la cual la creciente producción de petróleo aseguraría una prosperidad cada vez mayor a medida que se construyeran una a una las estructuras democráticas. La base sería una constitución liberal, incluso posmoderna, con todo y la garantía de un 25% de las curules del parlamento para las mujeres.
Cuando la guerra de Iraq comenzó en 2003, la administración Bush tenía planes muy ambiciosos: al igual que en la Alemania y el Japón de después de 1945, se preveía una ocupación larga y pacífica, durante la cual la creciente producción de petróleo aseguraría una prosperidad cada vez mayor a medida que se construyeran una a una las estructuras democráticas. La base sería una constitución liberal, incluso posmoderna, con todo y la garantía de un 25% de las curules del parlamento para las mujeres.