Hace cuatro años, el Presidente George W. Bush se encontraba en un terreno político poco firme. Acababa de ganar por poco las elecciones de 2000 y las encuestas de opinión mostraban que los ciudadanos americanos seguían abrigando dudas sobre él. Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, Bush encontró su voz y los ciudadanos americanos se mostraron unidos en torno a su presidencia. Gracias a Osama Ben Laden, la popularidad de Bush aumentó vertiginosamente y, si bien sus niveles de popularidad habían disminuido cuando las elecciones de 2004, su “guerra al terrorismo” lo ayudó a conseguir su segundo mandato.
Hace cuatro años, el Presidente George W. Bush se encontraba en un terreno político poco firme. Acababa de ganar por poco las elecciones de 2000 y las encuestas de opinión mostraban que los ciudadanos americanos seguían abrigando dudas sobre él. Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, Bush encontró su voz y los ciudadanos americanos se mostraron unidos en torno a su presidencia. Gracias a Osama Ben Laden, la popularidad de Bush aumentó vertiginosamente y, si bien sus niveles de popularidad habían disminuido cuando las elecciones de 2004, su “guerra al terrorismo” lo ayudó a conseguir su segundo mandato.