BERLÍN – Con el ataque iraní de drones y misiles sobre Israel la noche del 13 de abril, la guerra en Oriente Medio ha adquirido una nueva dimensión. Por años, el conflicto entre Irán e Israel había sido una “guerra en la sombra” en la que ambos bandos evitaban ataques militares directos en territorio del otro. En su lugar, el conflicto llegaba subrepticiamente a las calles de Teherán con asesinatos de científicos e ingenieros nucleares iraníes y en áreas asoladas por la guerra como Siria, el Líbano, Yemen y Gaza. En estos puntos calientes, el llamado Eje de la Resistencia -compuesto por Hizbulá (en el Líbano), Hamas (en Gaza) y los hutíes (en Yemen)- recibe un amplio apoyo en la forma de dinero, armamento y entrenamiento iraníes.
BERLÍN – Con el ataque iraní de drones y misiles sobre Israel la noche del 13 de abril, la guerra en Oriente Medio ha adquirido una nueva dimensión. Por años, el conflicto entre Irán e Israel había sido una “guerra en la sombra” en la que ambos bandos evitaban ataques militares directos en territorio del otro. En su lugar, el conflicto llegaba subrepticiamente a las calles de Teherán con asesinatos de científicos e ingenieros nucleares iraníes y en áreas asoladas por la guerra como Siria, el Líbano, Yemen y Gaza. En estos puntos calientes, el llamado Eje de la Resistencia -compuesto por Hizbulá (en el Líbano), Hamas (en Gaza) y los hutíes (en Yemen)- recibe un amplio apoyo en la forma de dinero, armamento y entrenamiento iraníes.