NUEVA YORK – Es probable que después de 60 días de debate intenso en Washington, y posiblemente en Teherán, el "Plan de Acción Integral Conjunto", firmado el 14 de julio por Irán y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más Alemania (el P5+1), entre en vigencia. Pero nadie debería confundir este desenlace con una solución al problema de las ambiciones nucleares de Irán o su aporte a la agitación actual en Oriente Medio. Por el contrario, dependiendo de cómo se lo implemente y ejecute, el acuerdo podría empeorar las cosas.
NUEVA YORK – Es probable que después de 60 días de debate intenso en Washington, y posiblemente en Teherán, el "Plan de Acción Integral Conjunto", firmado el 14 de julio por Irán y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más Alemania (el P5+1), entre en vigencia. Pero nadie debería confundir este desenlace con una solución al problema de las ambiciones nucleares de Irán o su aporte a la agitación actual en Oriente Medio. Por el contrario, dependiendo de cómo se lo implemente y ejecute, el acuerdo podría empeorar las cosas.