La crisis de Irán está avanzando rápidamente en una dirección alarmante. Ya no puede haber ninguna duda razonable de que la ambición de Irán es obtener armas nucleares. Sin embargo, en el centro del problema se encuentra la aspiración del régimen iraní de convertirse en una potencia hegemónica regional islámica y de esa manera posicionarse al mismo nivel que los países más poderosos del mundo. Es precisamente esta ambición la que distingue a Irán de Corea del Norte: mientras que Corea del Norte busca tener capacidad nuclear para afianzar su propio aislamiento, Irán quiere obtener dominio regional y más.
La crisis de Irán está avanzando rápidamente en una dirección alarmante. Ya no puede haber ninguna duda razonable de que la ambición de Irán es obtener armas nucleares. Sin embargo, en el centro del problema se encuentra la aspiración del régimen iraní de convertirse en una potencia hegemónica regional islámica y de esa manera posicionarse al mismo nivel que los países más poderosos del mundo. Es precisamente esta ambición la que distingue a Irán de Corea del Norte: mientras que Corea del Norte busca tener capacidad nuclear para afianzar su propio aislamiento, Irán quiere obtener dominio regional y más.