La mayoría de la gente cree que al mundo de las finanzas no le preocupa en absoluto el tipo pequeño, toda la gente de bajos y medianos ingresos que, después de todo, aporta poco al saldo final. Las grandes compañías de hoy y los expertos financieros que las conducen -o las compran y las venden- pueden ser generosos con sus iglesias, sus entidades de beneficencia preferidas y sus familiares y amigos, pero sus vidas profesionales están definidas exclusivamente por la búsqueda implacable de ganancias.
La mayoría de la gente cree que al mundo de las finanzas no le preocupa en absoluto el tipo pequeño, toda la gente de bajos y medianos ingresos que, después de todo, aporta poco al saldo final. Las grandes compañías de hoy y los expertos financieros que las conducen -o las compran y las venden- pueden ser generosos con sus iglesias, sus entidades de beneficencia preferidas y sus familiares y amigos, pero sus vidas profesionales están definidas exclusivamente por la búsqueda implacable de ganancias.