En las elecciones estadounidenses del mes pasado, ambos bandos lanzaron un sinnúmero de hechos, cifras, interpretaciones y contra-interpretaciones a un desdichado electorado. Se trata de una vieja treta: arrojar suficiente lodo como para que un poco quede pegado al muro. Confunde suficientemente a los votantes y, al final, lo más probable es que prefieran quedarse con el caballo conocido.
En las elecciones estadounidenses del mes pasado, ambos bandos lanzaron un sinnúmero de hechos, cifras, interpretaciones y contra-interpretaciones a un desdichado electorado. Se trata de una vieja treta: arrojar suficiente lodo como para que un poco quede pegado al muro. Confunde suficientemente a los votantes y, al final, lo más probable es que prefieran quedarse con el caballo conocido.