RESTON, VIRGINIA – Vivimos en una edad milagrosa en que la mitad del mundo tiene acceso a una tecnología –la internet- que apoya la salud y la educación de las personas, puede ser un salvavidas en tiempos de enfermedades o desastres, y fue diseñada para ser abierta, sin que nadie la posea. La pandemia de COVID-19 ha resaltado su importancia y potencial, al obligar al planeta a conectarse de manera remota, a distancia y en tiempo real.
RESTON, VIRGINIA – Vivimos en una edad milagrosa en que la mitad del mundo tiene acceso a una tecnología –la internet- que apoya la salud y la educación de las personas, puede ser un salvavidas en tiempos de enfermedades o desastres, y fue diseñada para ser abierta, sin que nadie la posea. La pandemia de COVID-19 ha resaltado su importancia y potencial, al obligar al planeta a conectarse de manera remota, a distancia y en tiempo real.