SEATTLE – Hoy día enfrentamos una dura realidad: el tratamiento y la prevención de las enfermedades infecciosas no han logrado avances de magnitud similar a la que tuvieron los primeros éxitos con las vacunas y las terapias antimicrobianas. En cierto sentido el mundo ha retrocedido, ya que microbios que alguna vez fue tratables se han tornado resistentes a las terapias disponibles y continúan surgiendo nuevas infecciones para las que no existen intervenciones eficaces.
SEATTLE – Hoy día enfrentamos una dura realidad: el tratamiento y la prevención de las enfermedades infecciosas no han logrado avances de magnitud similar a la que tuvieron los primeros éxitos con las vacunas y las terapias antimicrobianas. En cierto sentido el mundo ha retrocedido, ya que microbios que alguna vez fue tratables se han tornado resistentes a las terapias disponibles y continúan surgiendo nuevas infecciones para las que no existen intervenciones eficaces.