NUEVA DELHI – En las semanas que pasaron desde que los terroristas teocráticos talibanes volvieron al poder en Kabul, la gente de Afganistán (y en particular sus mujeres y niñas) ha estado sujeta a padecimientos inimaginables, mientras la atención del mundo se trasladó a otras cuestiones. Pero muchos otros países, y sobre todo la India, tienen motivos para preocuparse.
NUEVA DELHI – En las semanas que pasaron desde que los terroristas teocráticos talibanes volvieron al poder en Kabul, la gente de Afganistán (y en particular sus mujeres y niñas) ha estado sujeta a padecimientos inimaginables, mientras la atención del mundo se trasladó a otras cuestiones. Pero muchos otros países, y sobre todo la India, tienen motivos para preocuparse.