Mientras el mundo reacciona ante las medidas de fuerza de China en el Tíbet, un país se destaca tanto por su centralidad con respecto al drama como por su reticencia a enfrentarlo. La India, tierra de asilo del Dalai Lama y de los iracundos y fanáticos jóvenes del Congreso de la Juventud Tibetana, se encuentra frente a un dilema.
Mientras el mundo reacciona ante las medidas de fuerza de China en el Tíbet, un país se destaca tanto por su centralidad con respecto al drama como por su reticencia a enfrentarlo. La India, tierra de asilo del Dalai Lama y de los iracundos y fanáticos jóvenes del Congreso de la Juventud Tibetana, se encuentra frente a un dilema.