NUEVA DELHI – La India quedó de algún modo como la mala de la película en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). La acusan de resistirse a los recortes al consumo del carbón aun cuando su capital, Nueva Delhi, está rodeada por aire tóxico. El crimen que supuestamente cometió el país en Glasgow fue unirse a China para insistir en un cambio de último minuto a la declaración final de la Conferencia, para que diga que los países se comprometen a «reducir gradualmente» en vez de a «eliminar gradualmente» el uso de carbón. Por eso, la India —cuyas emisiones de dióxido de carbono per cápita son una fracción de las de los mayores emisores del mundo— fue muy criticada por obstruir la lucha mundial contra el cambio climático.
NUEVA DELHI – La India quedó de algún modo como la mala de la película en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). La acusan de resistirse a los recortes al consumo del carbón aun cuando su capital, Nueva Delhi, está rodeada por aire tóxico. El crimen que supuestamente cometió el país en Glasgow fue unirse a China para insistir en un cambio de último minuto a la declaración final de la Conferencia, para que diga que los países se comprometen a «reducir gradualmente» en vez de a «eliminar gradualmente» el uso de carbón. Por eso, la India —cuyas emisiones de dióxido de carbono per cápita son una fracción de las de los mayores emisores del mundo— fue muy criticada por obstruir la lucha mundial contra el cambio climático.