NUEVA DELHI – El 1 de julio, un silencio fantasmal se abatió sobre muchos de los bulliciosos mercados de la India. A medianoche, con una ceremonia a todo brillo en el parlamento, había entrado en vigor un nuevo impuesto nacional a los bienes y servicios (Goods and Services Tax, GST). El cambio fue aclamado como la mayor reforma tributaria desde la independencia. Pero los comerciantes tenían tantas dudas sobre cómo afectaría a los precios de sus productos, que ese día muchos optaron por cerrar sus negocios.
NUEVA DELHI – El 1 de julio, un silencio fantasmal se abatió sobre muchos de los bulliciosos mercados de la India. A medianoche, con una ceremonia a todo brillo en el parlamento, había entrado en vigor un nuevo impuesto nacional a los bienes y servicios (Goods and Services Tax, GST). El cambio fue aclamado como la mayor reforma tributaria desde la independencia. Pero los comerciantes tenían tantas dudas sobre cómo afectaría a los precios de sus productos, que ese día muchos optaron por cerrar sus negocios.