MILÁN/STANFORD – En los últimos 35 años, las democracias occidentales han experimentado un rápido aumento de la inestabilidad política, caracterizado por frecuentes cambios en los partidos gobernantes y sus programas y filosofías, impulsados al menos en parte por la transformación y las dificultades económicas. La pregunta ahora es cómo mejorar el desempeño económico en una época en que la inestabilidad política dificulta la implementación de políticas eficaces.
MILÁN/STANFORD – En los últimos 35 años, las democracias occidentales han experimentado un rápido aumento de la inestabilidad política, caracterizado por frecuentes cambios en los partidos gobernantes y sus programas y filosofías, impulsados al menos en parte por la transformación y las dificultades económicas. La pregunta ahora es cómo mejorar el desempeño económico en una época en que la inestabilidad política dificulta la implementación de políticas eficaces.