NUEVA YORK – El Papa Francisco cada vez se parece más a una ráfaga de aire fresco que sopla por las recámaras rancias de la Iglesia Católica. Parece y se comporta como un ser humano normal. Usa zapatos en lugar de zapatillas de terciopelo rojo. Tiene buen gusto para la literatura: Dostoievski, Cervantes. Y demuestra una actitud más humana hacia los homosexuales, aun si no se ha opuesto a la doctrina de la iglesia sobre el comportamiento sexual.
NUEVA YORK – El Papa Francisco cada vez se parece más a una ráfaga de aire fresco que sopla por las recámaras rancias de la Iglesia Católica. Parece y se comporta como un ser humano normal. Usa zapatos en lugar de zapatillas de terciopelo rojo. Tiene buen gusto para la literatura: Dostoievski, Cervantes. Y demuestra una actitud más humana hacia los homosexuales, aun si no se ha opuesto a la doctrina de la iglesia sobre el comportamiento sexual.