NUEVA YORK – El primer ministro japonés, Shinzo Abe, está otra vez reavivando la rivalidad entre naciones y los resentimientos históricos en Asia. Esta vez, dio instrucciones a un comité de historiadores para que reexaminen el pedido oficial de disculpas que Japón formuló en 1993 a las mujeres retenidas en burdeles militares japoneses como esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial. Por ciertas declaraciones recientes, resulta evidente que para algunos de los asesores más cercanos a Abe dicho pedido de disculpas fue improcedente, de modo que no sería raro que el comité concluya que Japón nunca estuvo involucrado en hechos de prostitución y que no le corresponde expresar “sincero remordimiento” por lo sucedido.
NUEVA YORK – El primer ministro japonés, Shinzo Abe, está otra vez reavivando la rivalidad entre naciones y los resentimientos históricos en Asia. Esta vez, dio instrucciones a un comité de historiadores para que reexaminen el pedido oficial de disculpas que Japón formuló en 1993 a las mujeres retenidas en burdeles militares japoneses como esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial. Por ciertas declaraciones recientes, resulta evidente que para algunos de los asesores más cercanos a Abe dicho pedido de disculpas fue improcedente, de modo que no sería raro que el comité concluya que Japón nunca estuvo involucrado en hechos de prostitución y que no le corresponde expresar “sincero remordimiento” por lo sucedido.