CHICAGO – En su reunión más reciente en Toronto esta primavera (boreal), el G-20 acordó no acordar. Aunque la economía mundial necesita desesperadamente un reequilibrio, su declaración fue, de manera intencional, lo suficientemente vaga como para ajustarse a cualquier conjunto de políticas internas que los países pudieran elegir. Todos se fueron pensando que habían ganado, pero el mundo en términos generales salió perdiendo.
CHICAGO – En su reunión más reciente en Toronto esta primavera (boreal), el G-20 acordó no acordar. Aunque la economía mundial necesita desesperadamente un reequilibrio, su declaración fue, de manera intencional, lo suficientemente vaga como para ajustarse a cualquier conjunto de políticas internas que los países pudieran elegir. Todos se fueron pensando que habían ganado, pero el mundo en términos generales salió perdiendo.