CAMBRIDGE – Si la frontera del capitalismo es con el socialismo, sabemos por qué el mundo acierta cuando ve a Estados Unidos como fuertemente capitalista. La titularidad estatal es baja y se la considera una aberración cuando ocurre (como las absorciones por parte del gobierno de General Motors y Chrysler en los últimos años, de las cuales los funcionarios quieren salir a toda prisa). El gobierno interviene en la economía menos que en la mayoría de los países avanzados, y los principales programas sociales como la atención médica universal no están tan profundamente arraigados en Estados Unidos como en otras partes.
CAMBRIDGE – Si la frontera del capitalismo es con el socialismo, sabemos por qué el mundo acierta cuando ve a Estados Unidos como fuertemente capitalista. La titularidad estatal es baja y se la considera una aberración cuando ocurre (como las absorciones por parte del gobierno de General Motors y Chrysler en los últimos años, de las cuales los funcionarios quieren salir a toda prisa). El gobierno interviene en la economía menos que en la mayoría de los países avanzados, y los principales programas sociales como la atención médica universal no están tan profundamente arraigados en Estados Unidos como en otras partes.