MILÁN – Hong Kong es desde hace mucho tiempo un actor esencial del desarrollo económico de Asia y del mundo. Pero su futuro como centro neurálgico del comercio y las finanzas internacionales está seriamente amenazado, lo mismo que su papel de puente entre China continental y el mundo exterior. Hong Kong es desde hace mucho un lugar donde las empresas internacionales son bienvenidas, y donde las disputas se resuelven en forma imparcial, transparente y de conformidad con el Estado de Derecho. Si ya no fuera así, sería una enorme pérdida para China, para Asia, para la actividad económica y financiera internacional y sobre todo para la ciudadanía de Hong Kong.
MILÁN – Hong Kong es desde hace mucho tiempo un actor esencial del desarrollo económico de Asia y del mundo. Pero su futuro como centro neurálgico del comercio y las finanzas internacionales está seriamente amenazado, lo mismo que su papel de puente entre China continental y el mundo exterior. Hong Kong es desde hace mucho un lugar donde las empresas internacionales son bienvenidas, y donde las disputas se resuelven en forma imparcial, transparente y de conformidad con el Estado de Derecho. Si ya no fuera así, sería una enorme pérdida para China, para Asia, para la actividad económica y financiera internacional y sobre todo para la ciudadanía de Hong Kong.