TOKYO – El reciente viaje de Hillary Clinton a Asia podría llegar a considerarse algún día la visita más importante a la región de un diplomático de los Estados Unidos desde la misión secreta de Henry Kissinger a Beijing en julio de 1971. La misión de Kissinger desencadenó una revolución diplomática. La reanudación de las relaciones EE.UU.-China cambió el equilibrio mundial de poder en plena Guerra Fría y preparó el terreno para que China abriera su economía, decisión que, más que ninguna otra, ha dado forma al mundo actual. Lo que Clinton hizo y dijo durante su gira asiática marcará el final de la era que Kissinger inició hace cuatro decenios o el comienzo de una nueva fase claramente distinta al respecto.
TOKYO – El reciente viaje de Hillary Clinton a Asia podría llegar a considerarse algún día la visita más importante a la región de un diplomático de los Estados Unidos desde la misión secreta de Henry Kissinger a Beijing en julio de 1971. La misión de Kissinger desencadenó una revolución diplomática. La reanudación de las relaciones EE.UU.-China cambió el equilibrio mundial de poder en plena Guerra Fría y preparó el terreno para que China abriera su economía, decisión que, más que ninguna otra, ha dado forma al mundo actual. Lo que Clinton hizo y dijo durante su gira asiática marcará el final de la era que Kissinger inició hace cuatro decenios o el comienzo de una nueva fase claramente distinta al respecto.