BRUSELAS – En el momento que los miembros de la élite financiera del mundo convergen en Washington, D.C. para asistir a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, no pueden evitar escuchar otro llamamiento urgente para revertir el retroceso de la globalización. La debilitación del comercio, se supone, debe ser una tendencia adversa que necesita ser abordada. Sin embargo, la suposición es simplista, en el mejor de los casos.
BRUSELAS – En el momento que los miembros de la élite financiera del mundo convergen en Washington, D.C. para asistir a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, no pueden evitar escuchar otro llamamiento urgente para revertir el retroceso de la globalización. La debilitación del comercio, se supone, debe ser una tendencia adversa que necesita ser abordada. Sin embargo, la suposición es simplista, en el mejor de los casos.