MOSCÚ.– En tan solo seis meses, desde fines de septiembre de 2011 a marzo de 2012, Rusia cambió. La gradual descomposición del estado –sus degenerados valores y actitudes de búsqueda de beneficios y apropiación de los bienes públicos– finalmente empujó a los ciudadanos rusos, en particular a la joven clase media poscomunista, a las calles. La deferencia de la era soviética a los líderes paternalistas dio lugar a la autoconfianza y el recelo de la autoridad establecida.
MOSCÚ.– En tan solo seis meses, desde fines de septiembre de 2011 a marzo de 2012, Rusia cambió. La gradual descomposición del estado –sus degenerados valores y actitudes de búsqueda de beneficios y apropiación de los bienes públicos– finalmente empujó a los ciudadanos rusos, en particular a la joven clase media poscomunista, a las calles. La deferencia de la era soviética a los líderes paternalistas dio lugar a la autoconfianza y el recelo de la autoridad establecida.