LONDRES – Al haber alcanzado una edad digna de jubilarse, califico para ser un viejo gruñón. Debería estar aburriendo a mis nietos, y a los alumnos de la Universidad de Oxford de la que soy rector, con rezongos sobre cómo todo se va a la ruina. Pero no es así precisamente cómo yo veo las cosas.
LONDRES – Al haber alcanzado una edad digna de jubilarse, califico para ser un viejo gruñón. Debería estar aburriendo a mis nietos, y a los alumnos de la Universidad de Oxford de la que soy rector, con rezongos sobre cómo todo se va a la ruina. Pero no es así precisamente cómo yo veo las cosas.