STANFORD – Diciembre suele ser un momento para mirar para atrás al año transcurrido y hacia adelante, al año por venir. En 2019, hemos sido testigos de un creciente extremismo político (tanto en la izquierda como en la derecha) y polarización, de una mayor inestabilidad gubernamental y de crecientes tensiones entre los gobiernos centrales y subnacionales. Todas estas tendencias continuarán en 2020. En casi todas partes hacia donde miremos, existe una brecha cada vez mayor entre lo que la gente les exige a los gobiernos y lo que los gobiernos pueden ofrecer. Las razones varían, pero una causa subyacente importante explica muchos de los reclamos: un crecimiento económico aletargado.
STANFORD – Diciembre suele ser un momento para mirar para atrás al año transcurrido y hacia adelante, al año por venir. En 2019, hemos sido testigos de un creciente extremismo político (tanto en la izquierda como en la derecha) y polarización, de una mayor inestabilidad gubernamental y de crecientes tensiones entre los gobiernos centrales y subnacionales. Todas estas tendencias continuarán en 2020. En casi todas partes hacia donde miremos, existe una brecha cada vez mayor entre lo que la gente les exige a los gobiernos y lo que los gobiernos pueden ofrecer. Las razones varían, pero una causa subyacente importante explica muchos de los reclamos: un crecimiento económico aletargado.