NEW HAVEN – Era inevitable. Estamos a las puertas de otro período alcista en el ciclo de inflación en Estados Unidos. Desde la Gran Desinflación de principios de los ochenta, cuando el incremento anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se hundió desde 14,7% en marzo de 1980 hasta 2,4% en julio de 1983, la inflación se mantuvo generalmente en una banda relativamente estrecha, entre el 1% y el 5%, durante un cuarto de siglo. En momentos de debilidad económica, cayó al extremo inferior de la banda, y cuando la economía se fortaleció a fines de los ochenta, fines de los noventa y durante los dos mil antes de la crisis, trepó al extremo superior. Es lo que ocurre ahora.
NEW HAVEN – Era inevitable. Estamos a las puertas de otro período alcista en el ciclo de inflación en Estados Unidos. Desde la Gran Desinflación de principios de los ochenta, cuando el incremento anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se hundió desde 14,7% en marzo de 1980 hasta 2,4% en julio de 1983, la inflación se mantuvo generalmente en una banda relativamente estrecha, entre el 1% y el 5%, durante un cuarto de siglo. En momentos de debilidad económica, cayó al extremo inferior de la banda, y cuando la economía se fortaleció a fines de los ochenta, fines de los noventa y durante los dos mil antes de la crisis, trepó al extremo superior. Es lo que ocurre ahora.