PARÍS – Desde que estalló la crisis en 2008, los gobiernos de los países avanzados han estado sometidos a una gran presión. En muchos países, los ingresos tributarios se desplomaron bruscamente cuando se contrajo la economía, disminuyeron los ingresos y se paralizaron las transacciones inmobiliarias. En la mayoría de los casos la reducción de los ingresos tributarios fue repentina, profunda y duradera. Los gobiernos no tuvieron otra opción que la de subir los impuestos o adaptarse a una época de vacas flacas.
PARÍS – Desde que estalló la crisis en 2008, los gobiernos de los países avanzados han estado sometidos a una gran presión. En muchos países, los ingresos tributarios se desplomaron bruscamente cuando se contrajo la economía, disminuyeron los ingresos y se paralizaron las transacciones inmobiliarias. En la mayoría de los casos la reducción de los ingresos tributarios fue repentina, profunda y duradera. Los gobiernos no tuvieron otra opción que la de subir los impuestos o adaptarse a una época de vacas flacas.