WASHINGTON, DC – Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta mitad de los años 2010, la globalización económica progresó implacablemente a través del comercio expandido, la proliferación de los flujos de capital, una comunicación más rápida (y más barata) y, en menor medida, la migración humana. Sin embargo, aun cuando estas conexiones se han profundizado y multiplicado, la economía global ha seguido siendo, esencialmente, una colección de economías nacionales, cada una de ellas integrada en la política nacional. Esto ahora está cambiando.
WASHINGTON, DC – Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta mitad de los años 2010, la globalización económica progresó implacablemente a través del comercio expandido, la proliferación de los flujos de capital, una comunicación más rápida (y más barata) y, en menor medida, la migración humana. Sin embargo, aun cuando estas conexiones se han profundizado y multiplicado, la economía global ha seguido siendo, esencialmente, una colección de economías nacionales, cada una de ellas integrada en la política nacional. Esto ahora está cambiando.