CAMBRIDGE – Los economistas solían decirles a los gobiernos que corrigieran sus políticas. Ahora les recetan que arreglen sus instituciones. Su nuevo programa de reformas abarca una larga lista de objetivos que incluyen la reducción de la corrupción, el mejoramiento del imperio de la ley, aumentar la responsabilidad y eficacia de las instituciones públicas y mejorar el acceso y la expresión de los ciudadanos. Supuestamente, un cambio real y sostenible sólo es posible si se transforman las “reglas del juego”, es decir, la manera en que los gobiernos funcionan y se relacionan con el sector privado.
CAMBRIDGE – Los economistas solían decirles a los gobiernos que corrigieran sus políticas. Ahora les recetan que arreglen sus instituciones. Su nuevo programa de reformas abarca una larga lista de objetivos que incluyen la reducción de la corrupción, el mejoramiento del imperio de la ley, aumentar la responsabilidad y eficacia de las instituciones públicas y mejorar el acceso y la expresión de los ciudadanos. Supuestamente, un cambio real y sostenible sólo es posible si se transforman las “reglas del juego”, es decir, la manera en que los gobiernos funcionan y se relacionan con el sector privado.