MADRID – La salud de Alemania es asunto que trasciende y preocupa. Otrora «enfermo de Europa», el país vuelve por sus fueros. Y tal vez sea poco decir: igual que a finales de los noventa, se enfrenta a la temida «estanflación»: altos niveles de inflación y desempleo combinados con estancamiento de la demanda e ínfimo crecimiento; a esto se suma la falta de un liderazgo político eficaz. Todo ello oscurece la proyección de Alemania (y de la Unión Europea, que depende de ella).
MADRID – La salud de Alemania es asunto que trasciende y preocupa. Otrora «enfermo de Europa», el país vuelve por sus fueros. Y tal vez sea poco decir: igual que a finales de los noventa, se enfrenta a la temida «estanflación»: altos niveles de inflación y desempleo combinados con estancamiento de la demanda e ínfimo crecimiento; a esto se suma la falta de un liderazgo político eficaz. Todo ello oscurece la proyección de Alemania (y de la Unión Europea, que depende de ella).