PARIS – Europa tiene un nuevo problema alemán. A diferencia de los tiempos pasados, no se origina en ambiciones hegemónicas ni del tipo de debilidad que podría tentar a una agresión. No, tiene relación con la renuncia de Alemania a cualquier sentido de responsabilidad en común para Europa, a pesar de ostentar una economía tan robusta como la que ha tenido desde 1945. El resultado de esta actitud (“haced como nosotros o dejadnos solos”) lleva a la inercia, en momentos que Europa necesita desesperadamente un impulso.
PARIS – Europa tiene un nuevo problema alemán. A diferencia de los tiempos pasados, no se origina en ambiciones hegemónicas ni del tipo de debilidad que podría tentar a una agresión. No, tiene relación con la renuncia de Alemania a cualquier sentido de responsabilidad en común para Europa, a pesar de ostentar una economía tan robusta como la que ha tenido desde 1945. El resultado de esta actitud (“haced como nosotros o dejadnos solos”) lleva a la inercia, en momentos que Europa necesita desesperadamente un impulso.