BERLÍN – El presidente norteamericano, Donald Trump, ha demostrado ser verdaderamente disruptivo en la relación transatlántica. Su cuestionamiento de los compromisos de defensa mutua de Estados Unidos pone a la OTAN frente a una crisis agorera y potencialmente existencial. La garantía de seguridad de Estados Unidos, después de todo, es uno de los dos pilares sobre los cuales ha descansado la paz y la prosperidad europea desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Y Trump tampoco ha perdonado el segundo pilar: el sistema de comercio global y el orden económico basados en reglas.
BERLÍN – El presidente norteamericano, Donald Trump, ha demostrado ser verdaderamente disruptivo en la relación transatlántica. Su cuestionamiento de los compromisos de defensa mutua de Estados Unidos pone a la OTAN frente a una crisis agorera y potencialmente existencial. La garantía de seguridad de Estados Unidos, después de todo, es uno de los dos pilares sobre los cuales ha descansado la paz y la prosperidad europea desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Y Trump tampoco ha perdonado el segundo pilar: el sistema de comercio global y el orden económico basados en reglas.