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Alemania no es China

ROTTERDAM – Casi todos coinciden en que los desequilibrios globales en el comercio y los flujos de capital son al menos en parte los responsables de la crisis financiera y la subsiguiente recesión que ha sacudido a la economía mundial desde 2008. Pero no todos los desequilibrios se crean de la misma manera, de modo que es importante sopesar las consecuencias de las cuentas externas de cada país para la estabilidad y la prosperidad económicas a nivel global.

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