MÚNICH – Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó su invasión a Ucrania, el gobierno alemán ha estado bajo una creciente presión para sumarse a un embargo a la energía rusa propuesto por Europa. El consenso generalizado es que para frenar la guerra de Rusia hace falta cortar su financiamiento, que proviene en forma de miles de millones de dólares de pagos por exportaciones de petróleo y de gas.
MÚNICH – Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó su invasión a Ucrania, el gobierno alemán ha estado bajo una creciente presión para sumarse a un embargo a la energía rusa propuesto por Europa. El consenso generalizado es que para frenar la guerra de Rusia hace falta cortar su financiamiento, que proviene en forma de miles de millones de dólares de pagos por exportaciones de petróleo y de gas.