STANFORD – El buen desempeño de los Verdes en la elección federal alemana (aunque no tan bueno como el que esperaba el partido hace unas pocas semanas) da esperanzas de que el país comience por fin a orientarse en una dirección más prometedora. Tal vez eso implique alejarse de la condescendencia de la canciller saliente Angela Merkel hacia gobiernos autoritarios; en particular su apoyo al gasoducto Nord Stream 2 entre Alemania y Rusia, y su defensa de un acuerdo de inversión entre la Unión Europea y China (que más tarde fue bloqueado por el Parlamento Europeo).
STANFORD – El buen desempeño de los Verdes en la elección federal alemana (aunque no tan bueno como el que esperaba el partido hace unas pocas semanas) da esperanzas de que el país comience por fin a orientarse en una dirección más prometedora. Tal vez eso implique alejarse de la condescendencia de la canciller saliente Angela Merkel hacia gobiernos autoritarios; en particular su apoyo al gasoducto Nord Stream 2 entre Alemania y Rusia, y su defensa de un acuerdo de inversión entre la Unión Europea y China (que más tarde fue bloqueado por el Parlamento Europeo).