BRUSELAS – Gran parte del entendimiento convencional sobre la actual crisis del gas natural en Europa, provocada por la reducción de suministros provenientes de Rusia, se basa en dos supuestos: que la economía alemana depende del gas ruso barato, y que el haber apostado a favor de dicha dependencia llevó a un fracaso estrepitoso. Sin embargo, a pesar de que la industria alemana es fuerte y el país importa mucho gas natural de Rusia, un examen más detallado de las cifras y de los aspectos económicos involucrados no respalda dicha narrativa predominante.
BRUSELAS – Gran parte del entendimiento convencional sobre la actual crisis del gas natural en Europa, provocada por la reducción de suministros provenientes de Rusia, se basa en dos supuestos: que la economía alemana depende del gas ruso barato, y que el haber apostado a favor de dicha dependencia llevó a un fracaso estrepitoso. Sin embargo, a pesar de que la industria alemana es fuerte y el país importa mucho gas natural de Rusia, un examen más detallado de las cifras y de los aspectos económicos involucrados no respalda dicha narrativa predominante.