NUEVA YORK – Todos -desde las autoridades electas y los burócratas hasta los votantes y los contribuyentes- pueden aprender de la fundación de beneficencia más grande del mundo sobre un gasto efectivo en desarrollo. Y estas lecciones son particularmente relevantes en un momento en que el 56% de los europeos creen que sus gobiernos deberían centrarse exclusivamente en las cuestiones domésticas y dejar que los países receptores se ocupen de sus problemas como mejor puedan (la oposición a la ayuda es inclusive mayor en Francia, Polonia, Italia, Hungría y Grecia).
NUEVA YORK – Todos -desde las autoridades electas y los burócratas hasta los votantes y los contribuyentes- pueden aprender de la fundación de beneficencia más grande del mundo sobre un gasto efectivo en desarrollo. Y estas lecciones son particularmente relevantes en un momento en que el 56% de los europeos creen que sus gobiernos deberían centrarse exclusivamente en las cuestiones domésticas y dejar que los países receptores se ocupen de sus problemas como mejor puedan (la oposición a la ayuda es inclusive mayor en Francia, Polonia, Italia, Hungría y Grecia).