BUDAPEST – Cuando se trata de geopolítica, siempre hay mercado para el pesimismo. En este sentido, los últimos tiempos han sido de bonanza: The Economist, Foreign Affairs y muchas otras publicaciones menos exaltadas rebosan afirmaciones sobre el desmoronamiento del orden mundial, la decadencia terminal de la capacidad (y del deseo) estadounidense para salvarlo, y sobre lo ilusorio de las posibilidades de evitar un grave conflicto en la década entrante.
BUDAPEST – Cuando se trata de geopolítica, siempre hay mercado para el pesimismo. En este sentido, los últimos tiempos han sido de bonanza: The Economist, Foreign Affairs y muchas otras publicaciones menos exaltadas rebosan afirmaciones sobre el desmoronamiento del orden mundial, la decadencia terminal de la capacidad (y del deseo) estadounidense para salvarlo, y sobre lo ilusorio de las posibilidades de evitar un grave conflicto en la década entrante.