LONDRES – La pandemia no terminó. Aunque el verano de 2022 es muy distinto al de 2020 porque ahora tenemos vacunas, tratamientos y entendemos mejor al virus, no alcanza. Aún mueren 15 000 personas por semana por la COVID-19. Los países más pobres siguen sufriendo dificultades para implementar las vacunas, las pruebas de detección, los diagnósticos y otras herramientas. Y los países, independientemente de sus niveles de ingresos, siguen extremadamente mal preparados para la próxima pandemia (aun cuando, advierten los expertos su llegada no es una posibilidad, sino una certeza).
LONDRES – La pandemia no terminó. Aunque el verano de 2022 es muy distinto al de 2020 porque ahora tenemos vacunas, tratamientos y entendemos mejor al virus, no alcanza. Aún mueren 15 000 personas por semana por la COVID-19. Los países más pobres siguen sufriendo dificultades para implementar las vacunas, las pruebas de detección, los diagnósticos y otras herramientas. Y los países, independientemente de sus niveles de ingresos, siguen extremadamente mal preparados para la próxima pandemia (aun cuando, advierten los expertos su llegada no es una posibilidad, sino una certeza).