EDIMBURGO – En las últimas reuniones de líderes del G7, miembros de la OTAN y ministros de asuntos exteriores del G20, a todos les quedó en claro que el mundo enfrenta una confluencia de emergencias como no se ha visto en décadas. Las tensiones internacionales han trepado a alturas alarmantes, impulsadas por una creciente inseguridad alimentaria y energética, depreciación de monedas, crisis de deuda en ciernes, la pandemia de COVID‑19, los efectos cada vez más intensos del cambio climático y una serie de conflictos armados.
EDIMBURGO – En las últimas reuniones de líderes del G7, miembros de la OTAN y ministros de asuntos exteriores del G20, a todos les quedó en claro que el mundo enfrenta una confluencia de emergencias como no se ha visto en décadas. Las tensiones internacionales han trepado a alturas alarmantes, impulsadas por una creciente inseguridad alimentaria y energética, depreciación de monedas, crisis de deuda en ciernes, la pandemia de COVID‑19, los efectos cada vez más intensos del cambio climático y una serie de conflictos armados.