BRUSELAS – En una era mediada por la tecnología avanzada, es fácil olvidar que los seres humanos (y la vida misma) dependen enteramente de las frágiles condiciones planetarias. Frente a una lista creciente de amenazas graves y acaso existenciales, lo dicho es una verdad básica con la que deberíamos volver a familiarizarnos. El cambio climático, la escasez de suministros críticos, la pérdida de biodiversidad y pandemias devastadoras exponen como nunca antes las vulnerabilidades de nuestras sociedades.
BRUSELAS – En una era mediada por la tecnología avanzada, es fácil olvidar que los seres humanos (y la vida misma) dependen enteramente de las frágiles condiciones planetarias. Frente a una lista creciente de amenazas graves y acaso existenciales, lo dicho es una verdad básica con la que deberíamos volver a familiarizarnos. El cambio climático, la escasez de suministros críticos, la pérdida de biodiversidad y pandemias devastadoras exponen como nunca antes las vulnerabilidades de nuestras sociedades.