MADRID – Vista desde Europa, la irracionalidad de la posición política y de los medios de comunicación sobre la energía nuclear ha aumentado y se ha intensificado, si acaso, en el año transcurrido desde la fusión de la central Daiichi de Fukushima, en Japón, y, sin embargo, una evaluación desapasionada del lugar que ocupa la energía nuclear en el mundo sigue siendo tan necesaria como ardua.
MADRID – Vista desde Europa, la irracionalidad de la posición política y de los medios de comunicación sobre la energía nuclear ha aumentado y se ha intensificado, si acaso, en el año transcurrido desde la fusión de la central Daiichi de Fukushima, en Japón, y, sin embargo, una evaluación desapasionada del lugar que ocupa la energía nuclear en el mundo sigue siendo tan necesaria como ardua.